Monthly Archives: septiembre 2018

Miriam

Hola a todos, quisiera contar mi historia. Me llamo Miriam y tengo 37 años. De ellos, 30 han sido con gafas de miopía y 24 con lentillas. Me he pasado la vida entre ópticas, oftalmólogos, optotipos, cristales, tápate un ojo, ahora el otro, no parpadees, mira aquí, mira allí, dime qué letra ves, dime si ves mejor así o con este cristal, dime si mejor antes o ahora… Vamos, un vaivén en el que yo siempre tenía que estar alerta por si veía mal de lejos y pendiente por responder correctamente ante ese optotipo. Porque claro, si no respondía bien, es que la miopía había subido y había que cambiar gafas y lentillas. Y así año tras año, y la miopía siempre subiendo.

Hasta que me harté. Me cansó que el optotipo y los ópticos me dijeran como veía y como tenía que ver. Así que cogí mis últimas y flamantes gafas nuevas y ante la incomodidad que me suponía llevarlas las dejé en su funda. No estaba cómoda, pero en la óptica me decían que tenía que llevarlas. Claro, que también me decían “te voy a poner 0,25 de astigmatismo que te va a ir bien”, como si me pusieran cuarto y mitad de jamón york. Aquí algo no cuadra. Decidí volver a mis gafas viejas, con las que de lejos no terminaba de ver bien, pero que de cerca me iban estupendamente. Y pasó algo inesperado: empecé a ver bien de lejos. A veces.  En realidad, pocas veces. Pero ya era un logro supuestamente impensable. Decidí hacer lo mismo con las lentillas y bajar la graduación. Y aquí la sorpresa fue mayor. Poco a poco empecé a ser consciente de que mi vista se movía a lo largo del día, y si estaba cansada, veía peor que si estaba relajada. Varias veces al día veía nítidamente. Pensé que si mi vista oscilaba tanto, encorsetarla en unas gafas potentes para ver de lejos no sería beneficioso, y pensé que prefería ver siempre un poco borroso y disfrutar de esos momentos en los que veía bien. Funcionó, el aumento imparable de la miopía se detuvo y comencé a encontrarme mejor conmigo misma y con mi manera de ver. Pero claro, años de “machaque visual” no se borran fácilmente y me acerqué al Centro de Optometría Greco, para ver si realmente necesitaba otras gafas, si estaba equivocada con mi modo de ver, etc. Mi sorpresa fue ver el enfoque de la optometría. Un enfoque global, que reconoce que el cerebro ve y no el ojo; que comprende el cuerpo como un todo en el que la vista no está excluida, sino que forma parte de él y se afecta de las mismas cosas. José Luis Loma me enseñó cómo veía realmente, en diferentes planos y situaciones, y sobre todo, que mi manera de ver es MIA, y si funciona, adelante. Muchas gracias por abrirme los ojos  y hacerme ver más allá, permitiendo que me conozca mejor. Gracias.

Lisa

José Luis, muchas gracias por tu atención personalizada.

Quiero decirte que por primera vez me he sentido comprendida con mi malestar visual. Muchas veces he ido a graduarme la vista a distintas ópticas y siempre me han dicho que es muy poquito lo que tengo, que ponerme gafas o no, depende de mi. Esto me hacía pensar que ponerme gafas era un capricho mio; pero yo veía mal.

Una amiga me dijo que había ido a una óptica donde el optometrista le había explicado muy bien lo que le pasaba en su caso. Eso me animó  a pedir una cita con dicho optometrista y él me explicó como funciona el cerebro con relación a la vista, así  pude entender por qué no veía bien. Después de  una graduacion y un examen muy  exhaustivos, vimos que unas gafas me podrían ayudar bastante porque mi problema es del sistema nervioso.

Muchas gracias y un abrazo

Lisa

Cristina V.

Mi nombre es Cristina, tengo 44 años, soy arquitecto y docente en la universidad.

Hace 10 años llegué al Centro Greco; dos amigos míos, ambos pacientes de Jose Luis, me insistían en sus terapias, y su buen hacer y me animaron a venir al Centro.

Mi graduación era de 2,00 y 1,25 dioptrías de miopía cuando llegué, recién graduada de otro centro. No era un dato elevado, pero, la nueva graduación, no había paliado la incomodidad visual, la complicación para ver de lejos, dibujar, corregir, trabajar frente a los planos, o en el ordenador, conducir, o simplemente leer.  Era una sensación inhabilitante, frustrante…eso implicaba estrés y ansiedad ante la imposibilidad de ser ágil en el día a día y en el desempeño de mi trabajo; los dolores de cabeza y el mareo eran continuos … la nueva graduación no había servido de nada…por eso acudí al Centro Greco.

Recuerdo, la primera conversación con Jose Luis, para explicarle por qué había solicitado una consulta con él.

Dice la RAE sobre la Sutileza y la Delicadeza:

sutileza.

  1. Cualidad de sutil.
  2. Habilidad para hacer algo con expedición y primor.

delicadeza.

(De delicadez).

  1. f. finura.
  2. f. Atención y exquisito miramiento con las personas o las cosas, en las obras o en las palabras.
  3. f. Ternura, suavidad.

y eso fue nuestra primera conversación y el primer examen visual, SUTIL Y DELICADO, extenso y pausado, con muchas preguntas que nada tenían que ver con la vista directamente, pero que poco después, constataría que eran la clave para un buen diagnóstico y una graduación certera, para comenzar mi camino hasta mi 0, 50 y 0,25 de dioptrías de miopía, que es lo que en Julio de 2016 mis ojos tenían. Sin ningún sobresalto en estos años, y con solo dos etapas de cambios de lentes, la primera y la que a día de hoy llevo, recuperé mi visión de lejos.

Ese primer examen visual, como todos y cada uno de los que siguieron, durante estos 10 años, efectuados tanto por Jose Luis como por Mercedes, nada tienen que ver con enfocar solo a través de un aparato, esa casita de colores en lo alto de una colina y prado verde, que siempre me recordaba las de las bolas de cristal con nieve de las películas Navideñas, y que era mi única evaluación en otro centro.

En Junio de este año 2016, y tras unos cuantos meses, realmente incómoda con mi visión,( lo achacaba al estrés  )   acudí a la consulta porque , como miope, nunca había experimentado el  «ver mal de cerca», la edad no perdona;  la acomodación visual de la distancia media  a la cercana , el escribir, dibujar, corregir los planos de mis alumnos,  enhebrar una aguja, leer la hora en el reloj, o los mensajes del móvil  me resultaban complicado, veía borroso, era incapaz de enfocar,  eso añadido a la necesidad de  quitarme y ponerme las gafas,  intentando buscar una situación más cómoda, acentuaba el malestar,  la  mala visión y potenciaba de  nuevo el dolor de cabeza y los mareos continuados.

Mi última y fascinante experiencia en el Centro Greco ha sido, PHOTOSENS, junto a Jose Luis, Mercedes, y Ernesto, los tres vigilantes incansables de la buena ejecución de mis ejercicios ante la pantalla, para velar por los que, adelanto, SON UNOS MAGNIFICOS RESULTADOS EN MI VISIÓN, tras la última revisión en septiembre.

Inicialmente, y a pesar de todas las explicaciones claras de Jose Luis, y mi fe ciega en él, no lograba entender como el trabajo ante una pantalla de ordenador podría ser efectiva y ayudar a recuperar mi visión, tanto la poca miopía que me quedaba, como la mejora de la visión de cerca.

El trabajo con la audición, el equilibrio, la pantalla y los estímulos visuales de los ejercicios de Photosens, que trabajan de manera integral, han hecho que mi 0,50 y 0,25 de miopía sean a día de hoy 0 y 0,25, respectivamente e igualmente esta terapia ha hecho que, mi visión de cerca haya mejorado increíblemente sin ninguna lente nueva, pudiendo ver nítidamente, acomodando con facilidad y sintiendo confort en mi «visión». Desde las primeras semanas de Photosens, mi visión periférica aumentaba, como si mis ojos se hubieran dilatado y tuviera una apertura visual mayor; la acomodación era natural y fácil. VEÍA MUCHÍSIMO MEJOR SIN CAMBIAR DE LENTES.

Hago unos ejercicios de mantenimiento muy sencillos y continúo entrenando mi vista bajo las directrices de Jose Luis y Mercedes. SIGO ENCANTADA EN EL CENTRO GRECO, CUIDANDO EL INSTRUMENTO VITAL QUE SON LOS OJOS, Y NO PODÍA DEJAR DE ESCRIBIR EN ESTE BLOG MI MODESTA EXPERIENCIA PARA ANIMAR A CUALQUIERA A QUE SE PONGA EN MANOS DE ESTOS MARAVILLOSOS PROFESIONALES ENCABEZADOS Y DIRIGIDOS POR JOSE LUIS. Animo a todos lo que puedan hacer uso de esta terapia PHOTOSENS, a utilizarla. Desde las primeras sesiones los resultados animan a seguir ese mes continuo de trabajo visual.

GRACIAS JOSE LUIS, POR TUS ENSEÑANZAS, Y POR LA SUTILEZA Y DELICADEZA CON LA QUE CUIDAS NUESTRA VISIÓN, Y GRACIAS POR EL LEGADO Y FORMACIÓN QUE DEJAS EN MERCEDES Y ERNESTO, QUE IGUAL QUE TU, SON UNOS MARAVILLOSOS PROFESIONALES.

Lucas A.

La llegada de Lucas a nuestra vida ha sido lo más grande y hermoso que nos ha sucedido a nosotros, sus padres. Lucas es un niño infinitamente amado y que diariamente recibe cantidades inmensas de cariño por parte de todas las personas que conforman su entorno (padres, abuelos, tíos, primos, amigos…).

Su incorporación a la escuela infantil supuso para nuestro hijo, a propuesta del cuerpo docente, comenzar con un tratamiento de logopedia, así como realizar visitas periódicas a la psicóloga del centro que se prolongaron a lo largo de 2 años, sin que los que vivimos con él, y estamos muy pendiente de su desarrollo y evolución, hayamos percibido ningún tipo de mejoría. Esto provocó en nosotros una sensación de fracaso en la educación que estábamos dando a nuestro hijo y una frustración visible en Lucas.

Un amigo con el que comentamos nuestra preocupación por las dificultades que Lucas estaba teniendo en el colegio nos informó de  los cambios que su hija había experimentado asistiendo al tratamiento que realiza el Optometrista. Apostamos por ello y estamos muy contentos de haber tomado esa decisión. En apenas tres meses de tratamiento los progresos han sido considerables, y no sólo nosotros los hemos percibido, desde el colegio nos han informado, y han valorado muy positivamente las avances cognitivos,  mejoras actitudinales y el incremento de concentración  de  Lucas.

Nuestro hijo ha madurado y su autoestima han mejorado sustancialmente, por otra parte acude al colegio contento y motivado. Vamos a continuar con el tratamiento ya que la experiencia está siendo muy positiva, y recomendamos a todos los padres que se encuentren en nuestra situación a que se animen a probar este tratamiento.