TESTIMONIOS DE NUESTROS PACIENTES

Miriam

Hola a todos, quisiera contar mi historia. Me llamo Miriam y tengo 37 años. De ellos, 30 han sido con gafas de miopía y 24 con lentillas. Me he pasado la vida entre ópticas, oftalmólogos, optotipos, cristales, tápate un ojo, ahora el otro, no parpadees, mira aquí, mira allí, dime qué letra ves, dime si ves mejor así o con este cristal, dime si mejor antes o ahora… Vamos, un vaivén en el que yo siempre tenía que estar alerta por si veía mal de lejos y pendiente por responder correctamente ante ese optotipo. Porque claro, si no respondía bien, es que la miopía había subido y había que cambiar gafas y lentillas. Y así año tras año, y la miopía siempre subiendo.

Hasta que me harté. Me cansó que el optotipo y los ópticos me dijeran como veía y como tenía que ver. Así que cogí mis últimas y flamantes gafas nuevas y ante la incomodidad que me suponía llevarlas las dejé en su funda. No estaba cómoda, pero en la óptica me decían que tenía que llevarlas. Claro, que también me decían “te voy a poner 0,25 de astigmatismo que te va a ir bien”, como si me pusieran cuarto y mitad de jamón york. Aquí algo no cuadra. Decidí volver a mis gafas viejas, con las que de lejos no terminaba de ver bien, pero que de cerca me iban estupendamente. Y pasó algo inesperado: empecé a ver bien de lejos. A veces.  En realidad, pocas veces. Pero ya era un logro supuestamente impensable. Decidí hacer lo mismo con las lentillas y bajar la graduación. Y aquí la sorpresa fue mayor. Poco a poco empecé a ser consciente de que mi vista se movía a lo largo del día, y si estaba cansada, veía peor que si estaba relajada. Varias veces al día veía nítidamente. Pensé que si mi vista oscilaba tanto, encorsetarla en unas gafas potentes para ver de lejos no sería beneficioso, y pensé que prefería ver siempre un poco borroso y disfrutar de esos momentos en los que veía bien. Funcionó, el aumento imparable de la miopía se detuvo y comencé a encontrarme mejor conmigo misma y con mi manera de ver. Pero claro, años de “machaque visual” no se borran fácilmente y me acerqué al Centro de Optometría Greco, para ver si realmente necesitaba otras gafas, si estaba equivocada con mi modo de ver, etc. Mi sorpresa fue ver el enfoque de la optometría. Un enfoque global, que reconoce que el cerebro ve y no el ojo; que comprende el cuerpo como un todo en el que la vista no está excluida, sino que forma parte de él y se afecta de las mismas cosas. José Luis Loma me enseñó cómo veía realmente, en diferentes planos y situaciones, y sobre todo, que mi manera de ver es MIA, y si funciona, adelante. Muchas gracias por abrirme los ojos  y hacerme ver más allá, permitiendo que me conozca mejor. Gracias.

Lisa

José Luis, muchas gracias por tu atención personalizada.

Quiero decirte que por primera vez me he sentido comprendida con mi malestar visual. Muchas veces he ido a graduarme la vista a distintas ópticas y siempre me han dicho que es muy poquito lo que tengo, que ponerme gafas o no, depende de mi. Esto me hacía pensar que ponerme gafas era un capricho mio; pero yo veía mal.

Una amiga me dijo que había ido a una óptica donde el optometrista le había explicado muy bien lo que le pasaba en su caso. Eso me animó  a pedir una cita con dicho optometrista y él me explicó como funciona el cerebro con relación a la vista, así  pude entender por qué no veía bien. Después de  una graduacion y un examen muy  exhaustivos, vimos que unas gafas me podrían ayudar bastante porque mi problema es del sistema nervioso.

Muchas gracias y un abrazo

Lisa

Cristina V.

Mi nombre es Cristina, tengo 44 años, soy arquitecto y docente en la universidad.

Hace 10 años llegué al Centro Greco; dos amigos míos, ambos pacientes de Jose Luis, me insistían en sus terapias, y su buen hacer y me animaron a venir al Centro.

Mi graduación era de 2,00 y 1,25 dioptrías de miopía cuando llegué, recién graduada de otro centro. No era un dato elevado, pero, la nueva graduación, no había paliado la incomodidad visual, la complicación para ver de lejos, dibujar, corregir, trabajar frente a los planos, o en el ordenador, conducir, o simplemente leer.  Era una sensación inhabilitante, frustrante…eso implicaba estrés y ansiedad ante la imposibilidad de ser ágil en el día a día y en el desempeño de mi trabajo; los dolores de cabeza y el mareo eran continuos … la nueva graduación no había servido de nada…por eso acudí al Centro Greco.

Recuerdo, la primera conversación con Jose Luis, para explicarle por qué había solicitado una consulta con él.

Dice la RAE sobre la Sutileza y la Delicadeza:

sutileza.

  1. Cualidad de sutil.
  2. Habilidad para hacer algo con expedición y primor.

delicadeza.

(De delicadez).

  1. f. finura.
  2. f. Atención y exquisito miramiento con las personas o las cosas, en las obras o en las palabras.
  3. f. Ternura, suavidad.

y eso fue nuestra primera conversación y el primer examen visual, SUTIL Y DELICADO, extenso y pausado, con muchas preguntas que nada tenían que ver con la vista directamente, pero que poco después, constataría que eran la clave para un buen diagnóstico y una graduación certera, para comenzar mi camino hasta mi 0, 50 y 0,25 de dioptrías de miopía, que es lo que en Julio de 2016 mis ojos tenían. Sin ningún sobresalto en estos años, y con solo dos etapas de cambios de lentes, la primera y la que a día de hoy llevo, recuperé mi visión de lejos.

Ese primer examen visual, como todos y cada uno de los que siguieron, durante estos 10 años, efectuados tanto por Jose Luis como por Mercedes, nada tienen que ver con enfocar solo a través de un aparato, esa casita de colores en lo alto de una colina y prado verde, que siempre me recordaba las de las bolas de cristal con nieve de las películas Navideñas, y que era mi única evaluación en otro centro.

En Junio de este año 2016, y tras unos cuantos meses, realmente incómoda con mi visión,( lo achacaba al estrés  )   acudí a la consulta porque , como miope, nunca había experimentado el  «ver mal de cerca», la edad no perdona;  la acomodación visual de la distancia media  a la cercana , el escribir, dibujar, corregir los planos de mis alumnos,  enhebrar una aguja, leer la hora en el reloj, o los mensajes del móvil  me resultaban complicado, veía borroso, era incapaz de enfocar,  eso añadido a la necesidad de  quitarme y ponerme las gafas,  intentando buscar una situación más cómoda, acentuaba el malestar,  la  mala visión y potenciaba de  nuevo el dolor de cabeza y los mareos continuados.

Mi última y fascinante experiencia en el Centro Greco ha sido, PHOTOSENS, junto a Jose Luis, Mercedes, y Ernesto, los tres vigilantes incansables de la buena ejecución de mis ejercicios ante la pantalla, para velar por los que, adelanto, SON UNOS MAGNIFICOS RESULTADOS EN MI VISIÓN, tras la última revisión en septiembre.

Inicialmente, y a pesar de todas las explicaciones claras de Jose Luis, y mi fe ciega en él, no lograba entender como el trabajo ante una pantalla de ordenador podría ser efectiva y ayudar a recuperar mi visión, tanto la poca miopía que me quedaba, como la mejora de la visión de cerca.

El trabajo con la audición, el equilibrio, la pantalla y los estímulos visuales de los ejercicios de Photosens, que trabajan de manera integral, han hecho que mi 0,50 y 0,25 de miopía sean a día de hoy 0 y 0,25, respectivamente e igualmente esta terapia ha hecho que, mi visión de cerca haya mejorado increíblemente sin ninguna lente nueva, pudiendo ver nítidamente, acomodando con facilidad y sintiendo confort en mi «visión». Desde las primeras semanas de Photosens, mi visión periférica aumentaba, como si mis ojos se hubieran dilatado y tuviera una apertura visual mayor; la acomodación era natural y fácil. VEÍA MUCHÍSIMO MEJOR SIN CAMBIAR DE LENTES.

Hago unos ejercicios de mantenimiento muy sencillos y continúo entrenando mi vista bajo las directrices de Jose Luis y Mercedes. SIGO ENCANTADA EN EL CENTRO GRECO, CUIDANDO EL INSTRUMENTO VITAL QUE SON LOS OJOS, Y NO PODÍA DEJAR DE ESCRIBIR EN ESTE BLOG MI MODESTA EXPERIENCIA PARA ANIMAR A CUALQUIERA A QUE SE PONGA EN MANOS DE ESTOS MARAVILLOSOS PROFESIONALES ENCABEZADOS Y DIRIGIDOS POR JOSE LUIS. Animo a todos lo que puedan hacer uso de esta terapia PHOTOSENS, a utilizarla. Desde las primeras sesiones los resultados animan a seguir ese mes continuo de trabajo visual.

GRACIAS JOSE LUIS, POR TUS ENSEÑANZAS, Y POR LA SUTILEZA Y DELICADEZA CON LA QUE CUIDAS NUESTRA VISIÓN, Y GRACIAS POR EL LEGADO Y FORMACIÓN QUE DEJAS EN MERCEDES Y ERNESTO, QUE IGUAL QUE TU, SON UNOS MARAVILLOSOS PROFESIONALES.

Lucas A.

La llegada de Lucas a nuestra vida ha sido lo más grande y hermoso que nos ha sucedido a nosotros, sus padres. Lucas es un niño infinitamente amado y que diariamente recibe cantidades inmensas de cariño por parte de todas las personas que conforman su entorno (padres, abuelos, tíos, primos, amigos…).

Su incorporación a la escuela infantil supuso para nuestro hijo, a propuesta del cuerpo docente, comenzar con un tratamiento de logopedia, así como realizar visitas periódicas a la psicóloga del centro que se prolongaron a lo largo de 2 años, sin que los que vivimos con él, y estamos muy pendiente de su desarrollo y evolución, hayamos percibido ningún tipo de mejoría. Esto provocó en nosotros una sensación de fracaso en la educación que estábamos dando a nuestro hijo y una frustración visible en Lucas.

Un amigo con el que comentamos nuestra preocupación por las dificultades que Lucas estaba teniendo en el colegio nos informó de  los cambios que su hija había experimentado asistiendo al tratamiento que realiza el Optometrista. Apostamos por ello y estamos muy contentos de haber tomado esa decisión. En apenas tres meses de tratamiento los progresos han sido considerables, y no sólo nosotros los hemos percibido, desde el colegio nos han informado, y han valorado muy positivamente las avances cognitivos,  mejoras actitudinales y el incremento de concentración  de  Lucas.

Nuestro hijo ha madurado y su autoestima han mejorado sustancialmente, por otra parte acude al colegio contento y motivado. Vamos a continuar con el tratamiento ya que la experiencia está siendo muy positiva, y recomendamos a todos los padres que se encuentren en nuestra situación a que se animen a probar este tratamiento.

Monica F. L.

Desde hace más de 20 años soy paciente de D. José Luis Loma Lozano, optometrista. Actualmente tengo 43 años. Quisiera contar mi experiencia por si es de utilidad para alguien.

Desarrollé miopía a los 11 años, y desde entonces fue creciendo hasta las más de 8 dioptrías que tengo actualmente. Cuando desde esa edad pasaba las revisiones anuales, el optometrista no se preocupaba de intentar frenar la miopía, ni indagar nada al respecto, ni ofrecer más alternativas, simplemente se limitaban a hacerme el examen visual de letras e ir añadiendo lentes hasta que se supone lograbas la mejor visión. Y así fueron pasando los años, y diciéndome que se frenaría con el desarrollo, y después, que mientras estudiase seguiría creciendo…, hasta que José Luis, que siempre intentaba no poner el máximo de lente con el que veías, sino el mínimo con el que tenías ya una visión del 100%, me propuso hacer una lente de cerca, que me permitía estudiar con más comodidad, pues me descansaba la vista, y que por fin me frenó la miopía. Yo veía de cerca perfectamente sin gafas. La explicación parece que obedece a que al ver bien de cerca, y pasar mucho tiempo concentrada en esa visión tan cercana por el trabajo y el estudio, tiendes a miopizar al perder esa visión de lejos que no practicas.

Esa gafa nueva, que uso encima de mis lentes blandas para la miopía, coincidió con el estudio de mi segunda oposición, y no perdí vista durante la misma, algo impensable anteriormente. Ya hace muchos años que mantengo las mismas dioptrías con muy pequeñas variaciones, y sigo utilizando esa misma gafa. Os animo a que pongáis vuestra salud ocular en manos de profesionales, que ven más allá del simple examen visual de letras y números, e intentan el estudio de cada persona como un todo integrado e interconectado.

Gracias por todo ello, un saludo.

Inés J. G-C.

Me llamo Inés y tengo 12 años.

En Mayo de año 2015 me tuve que someter a dos operaciones. A raíz de la segunda sufrí una lesión en el nervio ocular que me provocó estrabismo.

Estuve yendo durante un año al oftalmólogo que me decía que no había nada que hacer, sólo evaluar el estado de mi visión cada tres meses.

Mi madre conoció por casualidad de la existencia de los optometristas y curiosamente junto a mi colegio había uno, así que acudimos a su consulta para pedir su opinión sobre mi lesión.

En el mes de febrero de 2016 comenzó mi evaluación previa en el Centro de Optometría Greco, para planificar lo que se podía hacer para mejorar mi situación.

Comenzamos la terapia el día 4 de Marzo y voy una vez a la semana. He mejorado mucho y estoy contenta porque el optometrista José Luis ha conseguido ponerme unas gafas con prismas que hacen que ya no vea dos imágenes, sino que yo con esas gafas junto las imágenes.

Antes de llevarlas de manera habitual tuve que acostumbrarme a ellas y por eso empecé trabajando en la consulta con ellas algunos días un ratito. Más tarde las llevé la hora entera de terapia, y cuando José Luis pensó que ya me había acostumbrado, las llevé a mi casa y por la calle, y con las gafas estoy muy segura y cómoda. Por eso creo que con José Luis voy a arreglar mi vista.

Daniel A.F.

Me llamo Daniel, tengo 16 años, nací con catarata congénita en ambos ojos y todo lo que este hecho conlleva: miopía, estrabismo, nistagmos, etc…

¿Cómo era mi vida antes con todo eso? En mi vida diaria he encontrado bastantes dificultades; también me daba cuenta de que mis compañeros podían hacer cosas que yo no podía hacer, leer la pizarra desde lejos, juagar al fútbol etc… Siempre intenté superarme y no lo habría conseguido sin ciertas personas muy importantes para mí, mis padres, que se han empleado a conciencia para que me pudiera realizar como una persona cualquiera; mis profesores, que siempre me han apoyado; los médicos que me atienden del Hospital Clínico y por último ( aunque a Jose no le va a gustar) a él de manera especial, superando a los anteriores nombrados.

¿Qué ha supuesto la terapia para mí? Llegué por puro azar a la consulta de Jose Luis y esto ha sido sin esperarlo el cambio más importante de mi vida además de que me ha llenado por completo de esperanzas hacia el futuro. En estos dos años de terapia he conseguido llevar lentillas, que para mí ha sido muy importante, y avances como corregir el estrabismo, reducir el nistagmos, localizar los objetos en el espacio y comenzar a desarrollar una visión tridimensional y aunque en esto estoy en los primeros estadios confío en el trabajo de Jose para lograrlo.

No se puede explicar con palabras lo que siento después de tantos cambios, ahora soy una persona diferente, me parece tan importante este trabajo terapéutico que forma parte de mi vida y seguiré trabajando en él de forma indefinida.

Quiero agradecer a todas las personas que con anterioridad a este momento (ópticos, médicos, optometristas y personas relacionadas a este ámbito)  han conseguido con su esfuerzo dedicación y trabajo que personas como yo nos podamos beneficiar de ello.

Mucha suerte para todos y no perdáis la esperanza.

Mary M.H.

Me llamo María:

En la actualidad tengo ochenta años.

En diciembre el año 2014, contacté con José Luis Loma por la pérdida de visión del ojo izquierdo debido a un problema en la mácula en el mismo. El ojo derecho fue dado por perdido en mi infancia y además con  estrabismo. Con estos problemas, en la fecha que indico, empezó a tratarme el optometrista Loma y siguiendo los pasos con toda clase de ejercicios estoy consiguiendo utilizar el ojo derecho y tratar que el izquierdo le ayude; pues además de no ver bien, tenía trastornos de mareo.

Con ejercicios específicos de lectura de letras de cerca y de lejos, conjunciones de líneas en dibujos, ejercicios de brazos, pies y manos; ejercicios de aproximación a distintos puntos con una mano y con la otra, etc., etc.

Hoy estamos a año y medio de la primera consulta y el estado de mi visión es el siguiente:

La visión del ojo izquierdo era casi inexistente, sigue siéndolo; pero el movimiento que tenían los objetos que miraba hacía que me sintiera muy insegura. Hoy no veo con este ojo mejor; pero digamos que el movimiento ha desaparecido y mi visión es más tranquila.

El ojo derecho, con los ejercicios, va recuperándose y al día de hoy, con algunos problemas voy haciendo una vida normal y espero ir mejorando.